Salud, amigos de Reflexiones en positivo, amigos de Tabarnia Radio.
En este noviembre más otoñal que nunca, como si una época llegase a su fin, en una Cataluña donde políticos, comando y plaza descubrirán cualquier dia que su propia trayectoria describe la servidumbre atávica de charnegos reclutados como personal de servicio para una república xenófoba de evasores fiscales.
Una Cataluña preñada de tontos útiles al servicio del señorito, como hicieron sus padres, como hicieron sus abuelos y como sus generaciones anteriores.
Una Cataluña donde aprendices de político intuyen, ansiosos, que van a tocar por fin el pelo del poder. Políticos que presiden sin ser presidentes, esperando alcanzar el estrellato soñado. Pero antes deben convencer a los suyos de dejar de pactar con los de siempre y de que ellos siguen con con la misma hija hoja de ruta, que la meta se debe alejar pero ahí está, alcanzable, no hoy pero sí pronto. Esa Ítaca de la independencia.
Esquerra Republicana de Cataluña se separa del amasijo de siglas en que se ha convertido parte del secesionismo Catalán. Se convierten en estadistas negociando los presupuestos generales del estado para poder lograr por fin la presidencia catalana.
Y a cambio pues guiños del PSOE para explicar a los suyos, a los que les votan y a los que les deberían votar, que su estrategia es la buena, la pragmática, la real, la que hay que apoyar en las próximas elecciones.
Promesas de indultos que no son baladís. Ministros como Castells criticando inhabilitaciones, entrevistas en Televisión Española al fugado Puigdemont, gestos para los suyos que deben acabar en voto útil para hacer realidad Un Altre Partit, eso si, ahora cambiando el vértice estando Esquerra Republicana arriba y el PSC y los Comuns de muletas, blanqueando el secesionismo de 'baja graduación', como si eso fuera posible.
Lo que olvidan los estrategas de salón es que los obreros, esa izquierda, los obreros y los hijos los obreros no sólo tienen clase, sino también tienen nación, y que quieren un estado social de derecho consistente en un espacio jurídicamente seguro para garantizar la redistribución fiscal de la riqueza que dé una oportunidad a los que menos tienen.
Un castillo de naipes este, el de Esquerra Republicana sobre todo como protagonista, que puede caer por los indultos que carga el diablo.
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