A mi parecer uno de los momentos históricos más interesantes es el que comprende la Europa entre guerras.
Se ha escrito mucho sobre los conflictos bélicos en sí, las causas que propiciaron tales desastres pero no tanto en el periodo entre el fín de la gran guerra y el inicio de la segunda.
¿Que pasó en Europa? ¿Qué pasó en el mundo entre 1918 y 1939 para que Alemania pudiese volver a ser protagonista en dichos conflictos? ¿Cómo cómo se permitió?
Dieciséis millones de seres humanos militares y civiles perdieron la vida en la gran guerra la mayor tragedia de la historia que finalizó con el armisticio del 11 noviembre de 1918 y se concretó seis meses más tarde con la firma del tratado de Versalles entre los países aliados y Alemania.
Todo cambio. Incluso se fundó la Sociedad de Naciones con el objetivo de impedir que un conflicto de tal magnitud se llegase a repetir.
Pero se repitió, y tanto que se repitió. Sólo dos décadas después estalló la Segunda Guerra Mundial.
Varias razones para que esto aconteciera. Destacaré dos: La debilidad de los estados democráticos en los años treinta y el alza de los nacionalismos en ese momento concreto.
Resulta difícil no comparar y pensar en la Cataluña actual. Tras el intento fallido por parte del secesionismo de crear una nueva nación y que únicamente dos años después se jacte, se siguen jactando de seguir intentándolo, no sólo con escasa oposición, sino con la complicidad por parte del gobierno español demostrando su debilidad, y el auge de los nacionalismos, no solo en Cataluña sino en la totalidad de España, ya sean nacionalismos periféricos o nacionalismos centralistas.
Historiadores afirman que los alemanes siguieron en sus trece porque se sintieron humillados por los ganadores, y es cierto que hasta hace poco han estado pagando grandes cantidades de dinero por su papel en los hechos que finalizaron en 1918.
No es cuestión de mirar a nadie, ni de regodearse con el perdedor o el fracasado, pero nuestro gobierno no debe mirar hacia otro lado y hacer como si no hubiese pasado nada en Cataluña y nunca jamás cebar a la bestia pensando que eso es solución de algo, ya que la bestia secesionista, la bestia independentista es insaciable. Lo quieren todo y no cejarán en su empeño hasta conseguirlo.
En nuestras manos está impedir o por lo menos exigir que se impida un nuevo intento de rotura.
.
|