¿Lecciones a mí?

Eva Higueras 19/05/2021 555
Peligro cuando en política se prioriza el amiguismo arrogante a la experiencia.
Si alguien está escuchando el Entre líneas de hoy y me siguen de programas anteriores sabrá que en ocasiones, cuando se me cruzan los cables por alguna situación, que me ha contrariado suelo ser bastante incisiva en el tema sobre el que voy hablar.
Aunque en general intentó que Entre Líneas sea una válvula de escape para evadirme de los verdaderos problemas que me rodean, a veces, a veces teneis que saber que también lo utilizo para lanzar mis pequeñas 'pullitas' a aquello o aquellos que me perturban. Sí, es una verdadera válvula de escape.
Hoy voy a arremeter contra el o los mequetrefes (bueno, en realidad es un subgrupo de amigos) que en un momento de iluminación divina se les ocurrió decirme, hace no muchos días, que 'me iban a enseñar a hacer política'. ¡Mmmm!
La frase más o menos fue 'no debes separarte de mi lado ni de la estructura en la que estamos. Te enseñaremos a hacer política y verás como tendrás un futuro próspero si sigues con nosotros'. ¡Tócate las narices! Yo dije que si, sonriendo de oreja a oreja. Soy muy diplomática, la verdad.
Luego en casa reflexionando analicé la situación: Yo, veinte años afiliada a un determinado partido político. Refundé ese partido político que estaba extinguido en una tierra hostil tremendamente independentista. Lo refundé a tres meses vista de unas elecciones municipales. Me dejé la vida pero salí concejal. En la oposición, si, pero concejal. Fuí admirada y referente durante años en este partido político por esta, digámoslo, 'hazaña'. Aunque la verdadera hazaña a nivel personal y familiar fue tener que reparar mi coche dos veces por qué me lo encontré destrozado, o ver como habían pintadas en el municipio donde era concejal (con mi nombre) en una diana. Hazaña, si, porque conseguí lo que yo queria y nadie me paró.
Y ahora me encuentro que en la nueva estructura política de este partido hay unos niñatos que tienen un despacho, y que además tienen un cargo. Un cargo de secretario, de vicesecretario, vicesecretario del secretario del secretario.. y de no sé quien más, porque además, en realidad (y lo sé) no dan un palo al agua. Y además no tienen ni idea de lo que es la política, pero sí vivir del cuento.
Para mi desde un principio, hace ya más de veinte años, la política fue un instrumento para poder conseguir aquello que la población demandaba. Si estaba en política era más fácil conseguir bancos para parques, arreglar las aceras, ayudar a las entidades del municipio. Por mi forma de ser siempre me he llevado bien con todas las fuerzas políticas. Jamás he tenido conflictos. Pero ahora los conflictos veo que los tengo con mis propios compañeros.
Triste, muy triste. Así que imaginaros como me siento cuando un chavalín al que han dado un altísimo cargo en un partido político (no voy a hacer más comentarios) al que le doy mil vueltas en política (o sea que no ha bajado jamás a la calle) me dice que me va a enseñar a mí a hacer política.
Bueno, en la actualidad (me consta que es extensible a todos los partidos políticos) predomina el amiguismo a la valía. ¿Qué mas da si eres un zoquete, si me vas a decir a todo que sí con la cabeza?
Estos zoquetes, me ven con miedo. Saben que son mediocres. Mediocres. No dejan que nadie entre en sus estructuras por que les pueden dejar en evidencia, y entonces lo que hacen es aniquilar a todo aquel que quiere entrar alrededor suyo.
¡Atención! Su silla está en peligro..
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