España es de cara al mundo un país en que predomina la fiesta, la buena comida y el ritmo de vida relajado. Así, tradiciones como la paella, la siesta o los toros nos han dado una imagen determinada en el extranjero. Nuestras tradiciones resultan atractivas pero, para bien o para mal, veo cómo muchas de ellas están perdiendo su verdadera esencia.
Empezaré hablando de la celebración del día de Todos los Santos. Hasta no hace demasiado tiempo esta aceleración en España tenía una marcada tradición católica. El día uno de noviembre era costumbre visitar el cementerio, y de ello guardo un grato recuerdo porque en la familia nos reuníamos para poner flores a nuestros seres queridos fallecidos, y por la noche, además de las castañas, la tradición marca degustar nuestros fantásticos dulces: Huesos de santo, buñuelos de viento, panellets.. en Salamanca las típicas rosquillas de anís, en Alicante arrox y tallaets.. y no sigo porque estoy de régimen y se me hace la boca agua.
¿Y nuestro Don Juan Tenorio? Es o era una obra clásica en las fechas próximas al día de todos los santos. Esta tradición se está perdiendo frente al apogeo de la fiesta pagana. Estos días he visto a gente vestida de zombis, de brujas y otros personajes esperpénticos y me ha dado lástima ver cómo una traducción que era muy nuestra, y que para mí siempre ha tenido una implicación de recuerdo y nostalgia, se ha transformado en una celebración anglosajona que nada tiene que ver con lo que debería representar. Es cierto que el alma de los muertos sigue vigente en muchas fiestas de diversos pueblos de España, pero parece que cada vez se imponen con más fuerza el "truco o trato".
Otra tradición española: la siesta. Entre los españoles se instauró la siesta como un descanso, como una forma de reponerse de las horas de más calor en verano. Bueno, yo intento hacer la siesta cada día después de comer. No siempre tengo tiempo de hacerla, pero ¡cuántos de nosotros la hallamos siempre que pudiéramos!. Dicen los expertos (porque también hay expertos en siestas) que lo conveniente es una siesta de media hora. Que me pregunten una tarde de domingo sí después de haber cocinado, de una buena comida con un buen vinito, si la siesta ha de ser de media hora. ¡Venga, venga, venga!
Hablemos de la Semana Santa. La semana santa es una fiesta católica que se celebra el final de la cuaresma. Si bien el flamenco, que también podríamos considerar como una tradición española, ha sido considerado un patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco, la Semana Santa en España todavía no ha tenido este reconocimiento. Pero ya llegará y solo quiero lanzar un mensaje para navegantes. Ahora entre los partidos políticos "progres" está muy de moda criticar a la iglesia y sus tradiciones. Yo les diría: hacer el favor de respetar el derecho a la libertad religiosa. Ya habéis mostrado en algunas ocasiones como os regocijais de haber realizado fechorías en torno a la iglesia católica. ¡Oye! ¿Por qué no os dedicáis mejor a cuidar vuestras rastas?
Bueno. Ahora hablemos de toros. Al hablar de toros no solo tratamos de las corridas de toros. En España hay múltiples festejos relacionados con la tauromaquia. Toro de fuego, el toro enchongado, bous al carrer.. Festa do boi, as capas.. etcétera. Pero por supuesto el más mediático es la celebración de los encierros de San Fermín. En Pamplona entre el 6 y el 14 de junio se celebran actos en honor al Santo, pero ¡qué lástima la manera en que se ha desvirtuado esta tradición y esta fiesta! La masificación, el turismo de borrachera.. el no saber por parte de las instituciones proteger una tradición de muchos años a costa de más beneficio económico. Todo esto nos ha llevado a relacionar esta fiesta con actos realmente repulsivos. Decir que en España hay muchísimas más tradiciones de las aquí mencionadas, por supuesto. Las fallas, la tomatina, etcétera.
Como colofón dejadme que remate con la tradición taurina. Ser taurina o no es lo de menos. Solo creo en la libertad de elección de pensamiento de las personas. Existen plazas de toros en todas o casi todas las poblaciones españolas. Decir que en las Islas Canarias se consideraron ilegales las corridas de toros en una prioridad en los políticos del momento, antes que el debatir de economía, sanidad o educación. En Barcelona actualmente tenemos la plaza de Toros Monumental. El parlament de Cataluña en el 2010, y siguiendo con la senda de destruir todo aquello que oliera a España prohibió las corridas de toros. Desde entonces la Monumental ha estado bastante abandonada y salido a flote por la organización en el centro de eventos musicales o deportivos. Por si alguien no lo sabía decir que el tribunal constitucional anuló la ley catalana que prohibía las corridas de toros, puesto que la norma invadió las competencias del estado en materia de cultura. Os preguntareis ¿por qué no hay corridas de toros en Barcelona? Pues sencillo: la Plaza de Toros Monumental pertenece a la familia Balañà. La familia Balañà posee en Barcelona una extensa red de salas de cines y teatros. ¿Alguien cree que a la familia Balañà le interesa organizar corridas de toros poniéndose por ello en contra a todas las instituciones catalanas? ¿Alguien cree que pondrá en riesgo su negocio de cines y teatros en Barcelona por organizar corridas de toros? No. En Barcelona no se realizan corridas de toros no porque estén prohibidas sino porque no compensa a quien podría organizarlas.
Y mejor nos seguir adelante. Ya veis. Nuestras tradiciones evolucionan se transforman y, te guste más o te guste menos, nunca serán como las recordabas de pequeñito.
Qué lástima.
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