Hoy me gustaria seguir con el debate abierto por nuestro compañero Miguel del Amo. En su Terra Patrum reflexionaba sobre la España vacía y vaciada. Su propuesta de fusionar municipios me parece acertada, pero voy a intentar plantear otra posible solución. Antes de hacerlo creo que es conveniente plasmar una realidad social que es necesaria para que entendais mi propuesta.
En España hay más de 12.300s menores extranjeros que viajan solos, los llamados Menas. Este dato es el ofrecido por el Ministerio del Interior, pero dista mucho de ser real. Estos niños pueden desplazarse libremente entre comunidades, que son quien tienen su tutela.
Incluso pueden salir de nuestro país, por tanto su contabilidad es casi imposible. Y según quien facilite este dato, por interesarle más o menos, puede aumentarlo o puede rebajarlo.
Lo que sí es cierto es que la llegada de menas a nuestro país se ha duplicado respecto al 2017. Estos menores no están privados de libertad, y para muchos de ellos es más cómodo salir del centro de acogida y llevar una vida sin un control que la formación que allí se les ofrece.
En estos centros se intenta dar formación para aquellos que así lo deseen, de tal manera que al ser mayores de edad y dejar de estar tutelados tengan posibilidades de integrarse en una vida social y laboral.
El hecho de que la mayoría de estos menas lleguen a nuestro país casi en la mayoria de edad hace que su formación, e incluso el aprendizaje de nuestra lengua sean nulos, puesto que a los dieciocho años han de dejar el centro tutelado.
En Cataluña desde el 2007 existe la posibilidad de pedir un subsidio al cumplir la mayoría de edad. Este es de 664€. Si bien es cierto que este subsidio es para cualquier joven ex-tutelado, un veintisiete porciento de esta ayuda en el 2017 ha sido para los que habían sido menas.
Permitidme ahora otro caso. La permisividad de muchos ayuntamientos ha creado un efecto llamada a los maleteros. Se ha creado un caldo de cultivo que favorece su expansión. No olvidemos que estos hombres son el último eslabón de una cadena de explotación mafiosa.
En la última campaña municipal de Barcelona en la que participé activamente tuve oportunidad de conversar con uno de los pocos patrones de barco que todavia hay en Barcelona capital. Comentaba que quedaban muy poquitos barcos en Barcelona y que ya no habia tanta gente para ir al mar como antes. Daba gracias a la gente de fuera, los migrantes que quizás en su país eran marineros y aqui querian seguir trabajando en ello. Confesó que varios marineros actuales habían sido manteros.
Y a este punto quería yo llegar, el que la pesca en Barcelona estuviera a punto de desaparecer por falta de personas que quisieron dedicarse se ha salvado gracias a los migrantes.
Pues, ¿Por qué no hacemos lo mismo con la España despoblada? Hay pueblos en que la población es muy baja. Las personas que allí habitan han cultivado, han cuidado el ganado y se han mantenido con sus propios recursos.
Vale, ¿pues por qué no llevamos este colectivo llamado mena y manteros a estas zonas rurales? Si en las comunidades en las que ahora están tutelados hay falta de espacio creo que en un pueblo casi desierto pueden tener menos estrecheces.
Allí pueden aprender todo lo necesario para vivir. Pueden aprender a cultivar, pueden cuidar los animales, aprender oficios como carpintero, forjador... Es cierto que en un pueblo no podrían salir a divertirse, pero no han venido a España para divertirse.
Si han venido buscando una vida mejor donde trabajar y vivir esta seria una solución. Las comunidades autónomas tendrían menos gasto derivado del mantenimiento de los locales de tutela, menos gasto en manutención, por que estos chavales serían responsables de conseguir su propio sustento y al cumplir los dieciocho años estarían tan a gustito en el puebl que no haria falta que pidieran el subsidio de los 664€.
Bueno, de esto último no estoy tan segura.
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