Me encanta ver series de misterio o de intriga, y entre mis últimos descubrimientos están una serie que cumple todos los requisitos de mis series favoritas, aunque sólo son dos: el primero, y como ya se ha dicho, que sea una serie de misterio y de intriga, y el segundo requisito es que la serie esté realizada en el año catapúm. ¿Y por qué ha de ser una serie antigua?
Bien. Os lo argumento. Cuando en reiteradas ocasiones, que no han sido pocas, me he puesto delante de la pantalla a ver series como CSI Miami, CSI Las Vegas, CSI Murcia.. he acabado con una empanada mental importante ante tanta tecnología a la hora de resolver un caso. Veo tanto rayo láser, tanto tubo de ensayo, tanto laboratorio, tantas palabras técnicas.. que al final pierdo el hilo de la serie y ya no sé en realidad que le ha pasado a la pobre víctima.
Sin embargo, en las series antiguas, las cosas son mucho más sencillas. El investigador (pongamos como ejemplo a Colombo) simplemente con su intuición, su atención, sus preguntas, el saber chafardear cotillear y cuatro cosillas más, te resolvía un caso y todos encantados. Si además el caso lo resuelve una abuelita encantadora que a la vez que te resuelve el caso teje una bufanda, pues ya es lo más.
Si la serie, además es antigua y ambientada en el siglo XIX en el que se nos muestra lo que es vestir con elegantes vestidos, con elegantes tocados y pamelas para las damas, con elegantes trajes y bombines para los caballeros entonces ya es el no va más. ¿Ejemplo de estas series? Los misterios de Murdoch y Hércules Poirot.
Pero en general, estas series antiguas tienen en común algo muy curioso: algunas de estas series suelen desarrollarse en pequeños pueblecitos, y resulta curioso ver cómo en este pueblecito en cada capítulo aparece alguien muerto.
Claro, el sabelotodo del pueblo siempre resuelve el caso. El malo es un vecino o un visitante. ¡Pero qué angustia vivir en ese pueblo sabiendo que cada día a la palma alguien y que te puede tocar a ti cualquiera de estos días!
También está el (o la) resuelve casos que vaya donde vaya se encuentra con un caso por resolver (es decir que a donde va se cargan a alguien). Pero la simpleza de estas serie las hace grandes, al menos para mí. Y son grandes por qué parten de grandes autores literarios. Así, la serie televisiva el Padre Brown está basada en la obra literaria de Gilbert Chesterton, escritor y periodista británico conocido como el príncipe de las paradojas, fue el Padre Brown su personaje más famoso: un sacerdote católico de apariencia ingenua cuya agudeza psicológica lo convierte en un formidable detective.
¿Y que hacer de Sherlock Holmes, padre de todos los detectives la literatura y obras de Sir Arthur Conan Doyle. Y, como no, la maestra del suspense: Agatha Christie, con Hércules Poirot. A Hércules Poirot no le hacia falta laboratorios para resolver los casos. Le bastaban sus células grises. Esas células grises de las que escasean y poco utilizan muchos hoy en día.