Hoy quiero hablaros del teletrabajo, que es algo que existe desde hace tiempo pero que hasta ahora ha sido una actividad muy minoritaria y que ahora está cobrando una importancia capital.
Ya sabemos que la mayoría de los trabajos no se pueden teleatender. Los médicos, los bomberos.. existen infinidad de sectores que no pueden teletrabajar. Pero hay muchos otros que si pueden, y esto plantea muchas preguntas.
Por ejemplo, ¿Es igual de efectivo un trabajador cuando está teletrabajando que cuando está presencialmente en una oficina? Es natural que los jefes puedan tener recelo. Yo tengo recelos y no soy jefe.
Es muy humano que si no tienes a alguien controlándote empieces a procastinar. Procastinar significa que luchas contra ti mismo y pierdes. Pierdes porque empiezas a perder el tiempo, te pones a trabajar y primero empiezas a ordenar algo, luego a hacer otra cosa, y llega la hora de terminar tu trabajo y ni siquiera has empezado. Eso es procastinar, y si no tienes a un jefe detras puede que te pase.
Eso es algo que lo tienen perfectamente resuelto los teletrabajadores autónomos. Si eres diseñador o profesional liberal, periodista.. tú ya sabes que tu trabajo depende de lo que entregues. Eso es lo que importa a la persona para la que estás trabajando, así que más vale que no procastines porque realmente por lo que te pagan es por el por el trabajo que haces.
Pero cuando estás trabajando en la oficina y cobrando por horas, el jefe puede pensar "Si no estoy yo delante ¿Cómo sé que este trabajador está empleando bien las horas?" Además, fijaos que el trabajo presencial conlleva una serie de ventajas que se pierden en el teletrabajo. Por ejemplo, sí somos cuatro o cinco trabajadores en una oficina y en un momento dado uno plantea una duda, entre varios pueden debatirla y resolverla, el tan conocido brainstorming, o confrontación de ideas entre varias personas para resolver un problema. Eso mismo parece un poco más difícil en el teletrabajo, pero sólo lo parece.
Porque todo eso es fácil de solucionar con la tecnología. ¿Qué ocurre ahora? Hemos empezado con las videollamadas, y las primeras videollamadas son de chiste, las conversaciones son algo así como: "Hola, ¿Qué tal?. Espera a que se conecte este. Espera. A ver, que no se oye bíen. Oye, que se acopla..". Evidentemente esto no tiene mucho futuro si tuviera que ser siempre así, pero no tiene por qué ser siempre así, porque esta tecnología terminará popularizándose y compactándose en terminales de teletrabajo. Imaginemos pequeños plasmas autónomos que podamos colocar en una zona de nuestra habitación y que estén constantemente encendidos, que sean como ventanas comunes a nuestra oficina, y que cada vez que se asome un compañero nos veamos, cosa que ya está inventada y que muchas aplicaciones como Zoom o Google Hangouts ya hacen, pero de forma más user-friendly y más encapsulada, sin precisar de un ordenador PC o Mac. Terminales que se vendan por Amazon (por decir algo) y los colguemos en la pared como haríamos con un cuadro o un televisor. Estos terminales ya estarían calibrados para ser usados con auriculares o con altavoces, evitarían el acoplamiento sonoro y harían que las conversaciones fuesen exactamente tan fluidas como de forma presencial. Eso haría que todo el proceso fuese más natural y más dinámico.
Pero vayamos aún más lejos. Imaginemos a una pareja joven que decide buscar piso para ir a vivir juntos. Hoy en día se buscan en un piso ciertas características, como el número de lavabos, el tamaño del los dormitorios y sobre todo la distancia al puesto de trabajo. Pero esta última característica puede ser sustituida por una buena conexión a internet y una buena sala de teletrabajo.
El concepto de sala de teletrabajo podríamos definirlo como un lugar en vuestro piso o casa en el que teneis una habitación habilitada específicamente para el teletrabajo. ¿Y qué significa esto? Que esa habitación está en vuestra casa pero no es vuestra casa. Imaginemos una habitación ligeramente insonorizada, en la que tengamos nuestro escritorio y nuestro equipo informático, y en la que haya un panel de teletrabajo para las videoconferencias. Realmente no estamos inventando nada. Es el estudio que mucha gente tiene hoy en día en su casa. Lo que cambia es el concepto de su uso, porque cuando empiece nuestra jornada laboral conectaremos el panel de teletrabajo y no lo desconectaremos hasta finalizarla o en los descansos autorizados. Durante nuestra jornada pueden asomarse el jefe o los compañeros, así como tú puedes interactuar con ellos, porque cuando estas en la sala de teletrabajo y en horario laboral no estas en tu casa, sino que estas trabajando y cuando sales de allí vuelves a estar en tu casa. Es un concepto que probablemente se acabe generalizando y eso va a mejorar mil cosas, porque no solo seguiremos teniendo la capacidad de hacer brainstorming entre compañeros, no solo vamos a seguir teniendo la capacidad de trabajar por horas en una oficina y producir exactamente lo mismo (porque además la cara de nuestro jefe puede aparecer en el terminal en cualquier momento y ver lo que estamos haciendo) sino que además nos vamos a evitar los desplazamientos en coche, el tiempo que se pierde en ellos, la contaminación que provocan, los retrasos, accidentes, averías..
Tiene una serie importante de ventajas que no todos los trabajos pueden tener, pero que tal vez tu trabajo las pueda tener.
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