Ante todo me quería presentar. Soy Eva Higueras, y soy mujer.
Puede que a priori parezca una presentación extraña, pero no es así y me quiero explicar.
En épocas pasadas una persona se definía en lo relativo a su sexo como hombre o como mujer. En la actualidad definirse en lo relativo a este tema resulta mucho más complicado. Ya no sólo eres mujer u hombre, heterosexual u homosexual, ahora también se contempla la posibilidad de ser transexual, bisexual, asexual, pansexual, etc, etc.. Cuando oí por primera vez el término transexual no dejo de sorprenderme pero me sorprendió mucho más las expresiones asexual y pansexual. Por si alguien no sabe exactamente de qué estoy hablando le diré que la pansexualidad es una orientación sexual en la que la persona en cuestión siente una atracción hacia otra persona independientemente de su sexo, es decir, se enamora de una persona sin considerar si es hombre o mujer. En cuanto a la asexualidad se considera que es la falta de atracción sexual. ¡Toma!.
Conviene remarcar que siento un profundo respeto por cada una de estas tendencias pero como veo que definirse a uno mismo en la actualidad es bastante más complejo que en épocas pasadas he considerado conveniente presentarme definiéndome a mi misma como lo que soy, una mujer heterosexual sin más complicaciones.
Lo que realmente me sorprende y no deja de asustarme es que ciertas tendencias sexuales se consideren una moda que se ha de seguir. Como madre de una hija adolescente sé de primera mano la influencia que tienen entre las jóvenes de su edad las llamadas influencers. Todo lo que hacen o dicen que es un modelo a seguir. Muchas de estas influencers dicen ser lesbianas, lo cual en muchos casos no me lo creo, pero bueno. Ello no me parece ni bien ni mal, pero desde hace un tiempo, y ustedes habrán percatado de ello, es muy frecuente el ver a chicas jovencitas y por la calle cogidas de la mano, abrazadas, y con una complicidad que se escapa de la pura amistad. En conversación sobre este tema con otras madres nos preocupa que en estas edades en las que nuestras hijas son tan influenciables tengan unos referentes, un comportamiento y una manera de actuar que llegado determinado momento les pueda crear cierta confusión, pero bueno, volviendo al tema inicial, deciros que me siento muy orgullosa de ser mujer. De hecho si al nacer me hubieran dado a elegir si quería ser hombre o mujer no lo hubiera dudado. Siempre mujer.
Los roles entre los dos sexos, que antes eran muy diferentes, han pasado en la actualidad a ser bastante parecidos, es más, diría que casi se han equiparado. Llegados a este punto me van a permitir que saque mi pequeño lado reivindicativo. Es cierto que las mujeres trabajan fuera de casa al igual que lo hacen los hombres, pero también es cierto que en la mayoría de casos el trabajar las mismas horas que un hombre en un mismo puesto de trabajo está menos retribuido y también decir que en muchos casos que una mujer trabaje fuera de casa no la exime de tener que seguir efectuando las tareas domésticas, el cuidado de sus hijos al acabar su jornada laboral.. Pero tampoco sería justo por mi parte no reconocer que en determinadas familias, por circunstancias determinadas, es el hombre el que se encarga de realizar las tareas del hogar, lo cual no debería extrañarnos cuando todos estamos reivindicando la igualdad entre el hombre y la mujer.
En este sentido decir que el tema de la coquetería y el culto a la belleza ya dejado de ser un tema exclusivo de las mujeres. Si hace unos años nos hubiera chocado ver a señores haciéndose la manicura, pues ahora lo consideramos como algo normal en los salones. Desde se realizan tratamientos exclusivos para caballeros y con la moda de las barbas se han vuelto expandir las barberías. ¡Pues claro que sí! ¡Todos guapos y requeteguapas!
Podría haberos hablado, o mejor dicho reflexionado, sobre temas más de actualidad (léase el independentismo en Cataluña, la amenaza de una recesión, el "Brexit", el cambio climático..) pero no. He considerado que hoy esto no tocaba. Hoy sólo quería presentarme.
Y así, ahora ya me despido, tal y como empecé.
Soy eva. Soy mujer.
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