Hola amigos de Onda Layetana. Seguimos adentrándonos en el mundo de la Postpandemia.
Hoy os quiero hablar hablamos de investigación y del medio ambiente. Habréis visto que últimamente se ven jabalíes por la Diagonal de Barcelona, se ven patos por Sevilla salen del Guadalquivir y empiezan a recorrer las calle, hay peces en los ahora limpios canales de Venecia..
Parece talmente que la naturaleza está recuperando en lo que le habíamos arrebatado. Y todos esos fenómenos, y muchos otros, son inesperados, y nos los ha traído este confinamiento, esta pandemia. El ser humano se ha retirado y la naturaleza está conquistando su espacio de nuevo.
El aire es cada vez más puro, los gráficos de emisiones contaminantes están mostrando un bajón tremendo, a Greta Thunberg ya no se la oye.. ¿Alguien sabe donde está? La última noticia que tengo de ella es que está con su padre confinada con síntomas del COVID-19. Síntomas leves, esperemos que se ponga bien. Pero ahora mismo el medio ambiente no es noticia porque por una parte ha quedado relegado por la crisis actual pero además es que la pandemia está provocando un retroceso en la contaminación.
Y este solo es uno de los factores que está trayendo esta pandemia. Porque este confinamiento mundial está provocando una cosa que ningún científico podría haberse imaginado: un bache estadístico.
Existe un "bache" tremendo que va a afectar a un montón de cosas, y las va a afectar de forma positiva. Para los científicos, para los investigadores, es como si fuese navidad.
No, no es que signifique que los investigadores no sean sensibles con lo que está ocurriendo, tanto con la salud como con la economía, pero a nivel estadístico esto es un milagro. ¡Esto no había pasado nunca! Se van a poder estudiar montones de cosas. Importantes, trascendentes, o incluso auténticas chorradas, que nunca se habían podido investigar.
Por ejemplo: no sé si lo sabéis pero en la estación de tren de Can Franc, en Huesca, en el túnel que comunica España con Francia, hay unos laboratorios que están situados debajo de la montaña a muchísima profundidad, y los han tenido que localizar ahí para poder investigar temas de emisiones. Esos laboratorios están completamente aislados de las emisiones, de los campos electromagnéticos, de las ondas de telefonía móvil, de las ondas de radio.. Porque toda la actividad humana produce una cantidad tremenda de interferencias que hace que muchas cosas queden ocultas bajo todo ese ruido ambiental y no sean perceptibles.
Pues es muy parecido lo que está ocurriendo en la estadística. ¿Queremos investigar la naturaleza sin la interferencia humana? Ahora sí se puede. ¿Queremos saber después de una situación de estrés tan fuerte como la que estamos viviendo como se recupera la gente, o cómo reaccionará en cautividad, en confinamiento? ¿o qué tipo de estrés post traumático padecerá y a qué porcentaje de la población afectará?
Todo esto solo podía experimentarse de forma teórica, pero ahora disponemos de datos reales. Ahora podemos constatar cómo afecta el confinamiento a los hábitos de alimentación, podemos comprobar como, bajo situaciones de necesidad, puede cambiar el comportamiento de la gente para adoptar un rol diferente: por ejemplo si tuviéramos que tener un comportamiento "a la japonesa" reprimiendo nuestros instintos de comunicar nuestras emociones con el tacto, de besar y abrazar.. Cambiar lo que es nuestro carácter latino.
Para nosotros, esto es una desgracia, sin duda. Pero para los investigadores además de ser una desgracia también es una oportunidad única. Esto ha generado y generará estudios, investigaciones.. Esto hace que la especialidad en estadística sea una especialidad del muchísimo futuro y muy trascendental, y desde luego es una oportunidad para que las personas podamos vislumbrar otros escenarios en lo que se refiere temas como el medio ambiente, el teletrabajo o la sostenibilidad.
El tema es inacabable, así que os animo a proponer ejemplos en los que no hemos pensado.
Os espero próximamente para una última visita al mundo de la postpandemia.