Tras los diversos intentos por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por consensuar un saludo que permita mantener la distancia de seguridad, la entidad de salud mundial ha pedido la colaboración de científicos de todo el mundo.  Es conocido que el popular apretón de manos tuvo que ser sustituido por el ahora común choque de codos, pero al parecer esto también vulnera la distancia de seguridad y la OMS considera que tampoco es aconsejable.  Ha llegado a considerarse adoptar la típica inclinación japonesa, pero tiene la problemática de que al ver el suelo de tan cerca se ve más la porquería, dejando de lado que a muchas personas se les cae el móvil del bolsillo de la chaqueta y que los escotes que llevan algunas jovencitas no están pensados para esta posición.  Una última propuesta ha sido la de llevarse la mano al corazón cual Julito Iglesias y saludar así desde el corazón, sin embargo algunos representantes políticos consideran que ya tienen bastante con saludar por compromiso a sus adversarios y que de ninguna forma les van a saludar "desde el corazón".

Una vez más han tenido que ser los científicos de la NASA los que desarrollen una forma innovadora de saludar que sea 100% anti-COVID.  El nuevo saludo consistiría en levantar una de las manos, lo que tendría muchas ventajas porque así no hay contacto.  El gesto podría mejorarse moviendo levemente la mano a derecha e izquierda, y en caso de no respuesta por parte del interlocutor podría acompañarse del saludo "hola".  El jefe del proyecto, Brian Gelito, afirma que a la gente no le sería difícil acostumbrarse a esta innovadora forma de saludar, más que nada "porque llevan haciéndolo toda la puñetera vida".

Tras la falsa cancelación de los eventos reivindicativos del nacionalismo en la Diada del 11 de septiembre (Torra dijo que no se haría nada, pero guiñando el ojo izquierdo), todos los medios de TV3 salieron a la calle a cubrir los actos en los que los nacionalistas se proponían propagar por toda Cataluña "el virus de la libertad". Así las cámaras captaron como un centenar de invitados se sentaba a escuchar el sermón (perdón, discurso) de Elisenda Paluzie con las sillas separadas y luego se iban todos a una tasca a celebrar lo bien que habían mantenido la distancia de seguridad.  Ya más avanzado el día varios encapuchados quemaron una foto gigante de dos niñas pequeñas (Leonor y Sofía) acompañadas de su mamá y su papá. Los alegres manifestantes se pasaron, orgullosos, los mecheros, la gasolina, los restos de la foto y el COVID-19.  Ya de noche unos CDR prendieron fuego a diversos contenedores en el barrio de Gracia mientras los vecinos intentaban apagar las llamas con chorros de agua lanzados con mangueras desde sus terrazas.  Los CDR les saludaron con el dedo corazón, pues estaban emocionados, abrazándose unos a otros y empapados por los manguerazos, algo que se contradice con las declaraciones del coreógrafo de los CDR, que ha manifestado a este medio que no tiene miedo de que los asistentes puedan enfermar, ya que "dado lo pocos que éramos solo podíamos situar a una persona cada cuatro metros, más o menos como en los tres años anteriores".