Llegué a pensar que los muchachos de Tsunami Democratic me decepcionarían. Al fín y al cabo sus exigencias eran la libertad para colgar pancartas reivindicativas en el campo y que el gobierno se sentase a hablar con los golpistas, y ambas cosas estaban garantizadas. Pedro Sanchez el no-durmiente tenía un equipo negociador dejándose los glúteos en las sillas de la mesa de negociación compartida con ERC y se había genuflexionado telefónicamente ante Torra, el delegado del fugado de Waterloo, mientras el Barça cedía al chantaje y permitía que las pancartas reivindicativas ondeasen insultantes en las gradas.
Pero ¡que narices!, como decían en Braveheart, "No nos hemos pintado así para nada". Así que los "Tsunámicos" (el hashtag del día era #Tsunamicdemocratic) empezaron con media hora de cánticos y kumbayás. Todas las graciosas performances orquestadas (presuntamente) desde Waterloo tenían como finalidad dar una imagen inocua y festiva del evento. Lanzamiento de "democráticas" pelotitas (amarillas) inflables, carteles, máscaras de Messi.. pero en seguida aquella fórmula pacifista se fué agotando. Pronto entre los coros de paz empezaron a colarse los consabidos "vivas" a cierta banda terrorista que tiene el vergonzoso récord de ser la más ineficaz de la historia (Terra Lliure provocó más muertos entre sus propios miembros que entre sus objetivos).
Varios "tsunámicos" se dedicaron a acosar a los asistentes, antes de empezar el partido. Algunos intentaban dificultar su acceso. Muchos cantaban "Els segadors" a voz en grito, como si cada una de las palabras pudiera herir. "Bon cop de falç!" (¡Buen golpe de hoz!) "esmolem ben bé les eines!" (¡Afilemos bién las herramientas!) "Que tremoli l'enemic!" (¡Que tiemble el enemigo!). Vamos, amor y sonrisas. Entre la gente algunos debían preguntarse "¿Cuando la vamos a liar de verdad?".
Así que, una vez calentados los ánimos, los "tsunámicos" cambiaron el aburrido mantra del "Sit and Talk" (Sentémonos y hablemos) por el más divertido "Hit and Burn" (golpear y quemar). Empezaron con timidez, rodeando y acosando a la periodista de Televisión Española, a la que acabaron arrojando excrementos "democráticos" por su osadía de querer informar de lo que pasaba. Después empezaron a arrojar objetos a los furgones de los mossos, pero estos no paraban a responder, así que no era tan divertido. Volvieron a la periodista, y como se preparaba otra conexión en directo esperaron la señal para quemar el primer contenedor. Ahí algunos asistentes empezaron ya a animarse, pues hasta ahora solo habían conseguido un buén dolor de piés y perderse el partido. Las sonrisas asomaron a sus rostros ante el fuego purificador. Y empezaron a hacer lo que les gusta. Como no hay nadie a quién pegar, se lian con los Boixos nois, pero estos no son novatos a la hora de repartir.. Tienen que salir corriendo. Eso no es para lo que se han preparado. Vuelven a terreno conocido.
Contenedores ardiendo.. desafíos a los mossos. "¡Corred todos, que ya cargan!" Las hormonas disparadas mientras jóvenes encapuchados viven con épica unas escaramuzas que después TV3 emitirá a cámara lenta exponiendo las imágenes más gloriosas en un vidiwall sobre una mesa de debate llena de independentistas indignados. Más ataques a periodistas (lástima, ahora llevan casco). Bueno, al fin y al cabo eso no lo emitirá TV3.. y eso que el partido aún no ha terminado. Entonces si que la podemos liar..
E inevitablemente llegan los heridos. Las cargas de los mossos llenan a algunos de moratones. En el calor por los ataques de "los valientes" algunos agentes dan más golpes de los estrictamente necesarios.. aunque nada que no veamos en cualquier otra manifestación con jóvenes enfrentándose a la policía. Muchos de esos jóvenes ponen cara de sorpresa o indignación, sin entender que los policías no pueden ser golpeados con impunidad, que van a responder. Otros, más osados atacan una furgoneta policial y consiguen abrirla aunque no logran entrar en ella. Caos. Terror.
Y poco más sucede (como si lo descrito no fuera ya una salvajada) porque después de una noche de quemar y romper cosas, ni siquiera eso es ya noticia en Barcelona. Gracias a Sánchez, a Torra y a Colau, el verdadero tridente invencible que ha arrasado en Barcelona. El odio ha vuelto a campar por las calles. Se ha producido una trágica noticia que ya no es noticia.
Cero a cero. Es el final del encuentro. También es el resultado que ha conseguido Tsunami Democrátic. No ha llamado la atención internacional sobre Cataluña. No ha hecho temblar los cimientos de nada. Solo un día de gloria local, un Trending Topic que llevarse a los labios resecos, un desfogue para unos vándalos con mono de un mes sin quemar cosas. Pero ni un gol a favor ni en contra. Algún comentario a pié de página de como unos miles de independentistas pedían diálogo y respeto por los derechos humanos y luego rompían y quemaban cosas, como de costumbre.
Me es fácil imaginar a dos europeos comentando el tema mientras almuerzan:
"¿Qué tal el partido?"
"Flojo. No hubo goles. Y creo que han dicho algo de unos disturbios de los nacionalistas"
"¿Aún están con eso? ¿Y qué hace el gobierno de España?"
"¿No lo sabes? Hace un año que no tienen gobierno".
"Creo que este verano visitaré Roma".
"¿No ibas a Barcelona?"
"No sé. Ya veremos".